TEMPORADAHISTÓRICA



Definitivamente, el Miami City Ballet (MCB) es una compañía que sabe cómo proyectar opulencia en el escenario y, el grupo que dirige Edward Villella, terminó su temporada del 25 aniversario con un agasajo deslumbrante: el Romeo y Julieta creado por el coreógrafo de origen sudafricano John Cranko (1927-1973), con música del Maestro ruso, Sergei Prokofiev (1891-1953).


Esta adaptación de la tragedia de Shakespeare, astutamente ubicada a medio camino entre un drama con danza y un ballet, es la versión más popular hoy en día en el mundo del repertorio académico. 

Por su parte, la música subyugante y descriptiva de Prokofiev (compuesta en 1935) es considerada como una de las grandes composiciones de orquesta para ballet (al nivel de las partituras de Tchaikovsky para El Lago de los Cisnes, La Bella Durmiente y Cascanueces). 

Con elementos de tan reconocida eficacia comunicativa, el Romeo y Julieta presentado este fin de semana en el Arsht Center en el downtown de Miami resultó ser (tal y como se había vaticinado) el hito que debe ubicar sin reserva alguna al MCB en la posición prominente que merece. 

La puesta en escena del MCB es impecable de principio a fin, la compañía está en forma óptima (hay buenas actuaciones hasta en los roles más insignificantes) y Jennifer Carlynn Kronenberg es absolutamente sensacional como Julieta.

Kronenberg es resplandeciente al inicio, enternecedora en los momentos climáticos y conmovedora en el desenlace.

A su lado, Carlos Miguel Guerra es un Romeo agradable pero parco en matices. Yann Trividic es un Paris elegante pero vacilante en sus intenciones.



En resumen, una compañía en pleno apogeo y un cierre formidable para una temporada ya histórica que ofreció otros tres estrenos para la compañía ( Fanfare de Jerome Robbins, Baker’s Dozen de Twyla Tharp y Promethean Fire de Paul Taylor) y marcó el regreso de la música en vivo bajo la batuta amable del Maestro Gary Sheldon.


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